Por qué ir a Grenoble
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Esta vibrante y moderna ciudad se encuentra situada a la orilla de dos ríos, el Irère y el Drac, y está rodeada por los Alpes, en concreto por la región de Dauphiné. Esta región es famosa por sus instalaciones para la práctica de deportes de invierno en todas sus disciplinas, porque ofrece tanto suaves pendientes como zonas vírgenes para esquiar fuera de pista. Quienes practican el esquí nórdico también cuentan con una amplia gama de posibilidades, dado que tienen muchos kilómetros de pistas a su disposición. ¡Hay más de 150 estaciones de esquí a menos de hora y media en coche desde Grenoble, así que se puede decir que esta ciudad es la puerta de entrada a los Alpes!
Se puede acceder fácilmente a tres importantes áreas de esquí: Isère, Savoie y Haute-Savoie. En Isère se encuentra Les Deux Alpes (a 116 km de Grenoble), una magnífica estación de esquí para esquiadores de todas las disciplinas. Muchas de las pistas se encuentran sobre el glaciar, que bien merece una visita por sí solo. Las pistas de principiantes se encuentran en la parte superior del glaciar, mientras que las pistas negras de mayor dificultad están más abajo. También en esta región se encuentra L’Alpe d’Huez, una estación moderna y adaptada especialmente para el esquí, cercana a Grenoble (101 km). La zona de esquí cuenta aquí con más de 230 km, tiene 84 remontes y pistas de todos los niveles. Ofrece excelentes instalaciones para esquiar fuera de pista a los esquiadores más atrevidos y experimentados.
Savoie cuenta con famosas estaciones como La Plagne (ideal para principiantes), les Arcs (con complicadas pistas para los esquiadores experimentados), Val Thorens (con fantásticas pistas para los esquiadores de nivel medio y para la práctica del snow-board), y Méribel (todas a menos de 200 km de Grenoble); y Haute-Savoie cuenta con excelentes estaciones como Les Gets, Morzine, y Chamonix. Chamonix es la única estación de esquí verdaderamente flexible, lo que significa que uno puede llegar y marcharse cuando le convenga –no es necesario estar de sábado a sábado.
Grenoble cuenta con un importante centro de investigación nuclear y de microelectrónica, que atrae a científicos de todo el mundo y que hace que se la compare con Silicon Valley. Muchas importantes empresas internacionales se han asentado en la ciudad, convirtiéndola en el foco económico de la región. También cuenta con cuatro célebres universidades, lo que explica que a esta bonita ciudad se la conozca como la capital intelectual de los Alpes.
Grenoble es una ciudad con encanto, con lugares que bien merecen una visita. La basílica Sacré Coeur es un imponente edificio que, en los últimos años, ha cambiado de finalidad. La pintora religiosa Marie Adomi Israël ha decorado las paredes del interior de la basílica con enormes y brillantes pinturas.
El Lycée Stendhal acoge un impresionante fresco: el Horloge Solaire – un reloj de sol. La pintura ocupa 100 m2 del hueco de la escalera principal. Fue pintada en 1673 por el Padre Bonfa y sus pupilos, cuando el liceo era un colegio de la Compañía de Jesús. Recientemente ha sido objeto de una importante restauración y todavía hoy sigue marcando la hora exacta.
El Fort de la Bastille domina el río Isère y ofrece fantásticas vistas de la ciudad y sus alrededores –en un día despejado incluso se puede ver el Mont Blanc en la distancia. El fuerte se construyó en el siglo XVI, para defender la cara norte de la ciudad y se amplió en el siglo XIX. La bastilla posee un sistema de defensa parcialmente subterráneo, construido a mediados del siglo XIX. En 1934 se dotó al fuerte del primer funicular urbano de Europa, construido para subir a los visitantes al fuerte y ofrecerles unas fantásticas vistas de los alrededores al mismo tiempo. Los viajeros más activos pueden subir a pie, a través de diversas pistas.
El ciudadano más famoso de Grenoble, el escritor Stendhal, nació en la ciudad en 1783. El Musée de Stendhal relata su vida y su obra, y la oficina de turismo ofrece una interesante visita a Grenoble y los pueblos de los alrededores, siguiendo las huellas de Stendhal y los lugares en los que se inspiró para escribir algunas de sus mejores obras.