Es una ciudad compacta y se puede recorrer prácticamente a pie, especialmente la zona comercial. Esta zona es lo que se espera de una ciudad suiza elegante: boutiques donde comprar pieles, antigüedades y bombones.
La ciudad alberga 30 museos y más de 100 galerías de arte. En la Kunsthaus se exponen piezas de Rodin, Matisse y una gran colección de Munch. El Museo Nacional Suizo también es interesante, ya que presenta una mirada detallada a la historia y cultura del país.
Tradicionalmente, Zurich también ha acogido a un gran número de personalidades importantes: el novelista irlandés James Joyce escribió aquí y se encuentra enterrado en el Cementerio de Flutern; Carl Jung desarrolló el psicoanálisis moderno en la ciudad.
Por supuesto, no podemos hablar de Suiza sin mencionar de alguna manera el esquí. Sin embargo, aunque los invernales y impresionantes Alpes atraen a miles de turistas año tras año, a los habitantes de Zurich no les gusta la presencia de este deporte y celebran cada año el final de la temporada con un festival de primavera que culmina prendiendo fuego a un muñeco de nieve de algodón relleno de fuegos artificiales, despachando el invierno con un estruendo. Los Alpes se mantienen igual de espectaculares durante los meses de verano y permanecen como popular destino vacacional todo el año.