Si buscas ideas para una estancia larga o corta en Viena, reserva vuelos baratos con easyJet. Viena es famosa por el Prater, su arquitectura barroca y el Jugendstil, sus bonitos parques, la ópera, el pastel de chocolate Sachertorte, el vino y la cerveza. La historia de Innere Stadt se remonta a tiempos romanos, cuando el lugar era un campo romano. Desde entonces, la zona ha continuado siendo el centro de esta ciudad, que en 2001 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los callejones pequeños y las calles secundarias son de otros tiempos y es fácil imaginar que uno se puede topar con Mozart o Beethoven bajo la oscura luz vespertina. Justo en el corazón de Innere Stadt está Stephansplatz, dominada por la magnífica Catedral gótica de San Esteban (Stephansdom). Construida en el siglo XII, esta catedral ha visto siglos de cambios y adiciones. La torre norte aloja la campana más grande de Austria (llamada Pummerin) y también una plataforma panorámica a la cual se puede acceder en ascensor y que ofrece las mejores vistas de Viena. A la sombra de la catedral, se encuentra el Mozarthaus, uno de los apartamentos de Viena donde vivió Mozart y el único que aún se conserva (¡Mozart vivió en doce direcciones diferentes de la ciudad!). La casa ofrece una muestra excelente de la vida de Mozart en Viena.
Stephenplatz es el punto de origen del cual nacen las tres calles comerciales principales para peatones de Viena. Kärntner Strasse, Grabe y Kohlmarkt. Aquí encontrará todo lo que busca, desde tiendas de renombre mundial hasta boutiques de diseño exclusivo, tiendas de artesanía local o establecimientos de productos exquisitos.
Cuando esté en Viena, debe visitar el Prater. Con una historia que se remonta al siglo XV, cuando la zona estaba ocupada por los campos de caza del emperador, este moderno parque de aventuras cuenta con más de 250 atracciones: atracciones que le harán subir la adrenalina al máximo, como las vertiginosas montañas rusas, los circuitos de karts, la silla de propulsión y la lanzadora del espacio. Para los visitantes más tranquilos, también está la noria gigante de Ferris (¡donde se puede casar!), los caballitos, los nostálgicos túneles del terror y el “Lilliputbahn” (un tren en miniatura). Cuando se haya cansado y mareado con tanta excitación, podrá visitar uno de los más de 60 restaurantes, bares y establecimientos de comida y relajarse, o bien tomar un aperitivo o una cerveza, o coger mesa en un restaurante de primera categoría. En el Prater, encontrará de todo.
Al atardecer, podrá pasear por el llamado barrio de Grätzel y disfrutar del ambiente animado del Triángulo de las Bermudas, lleno de cafés y bares. La zona que rodea Bäckerstrasse y Sonnenfelsgasse es más tranquila y podrá disfrutar de una experiencia gastronómica más sofisticada. El barrio del Museo es un lugar muy popular para salir y, en él, podrá encontrar una mezcla excitante de arte y restaurantes. Bajo los arcos del ferrocarril de Stadtbahn, encontrará una gama de bares de moda diseñados para animar el espíritu.