Amsterdam es la ciudad de la diversión, hay innumerables clubs nocturnos, discotecas, bares, cafés, música y recitales en directo y la mayoría de ellos permanecen abiertos hasta la madrugada. Después de una noche movida, la mejor manera de pasar un día relajante es admirar la belleza de la ciudad desde alguno de los barcos que recorren los cuatro principales canales de la ciudad que han permanecido intactos desde el siglo XVII, o visitar el Museo Van Gogh, donde podrá admirar cuadros y dibujos de Vincent Van Gogh y de muchos otros pintores contemporáneos del artista.
Y para aquellos que les guste ir de compras, la ciudad ofrece una excelente variedad de mercados, tiendas de diseñadores, boutiques, grandes almacenes y joyerías donde puede admirarse el trabajo de los artesanos con las piedras preciosas. Frente a los canales encontramos una serie de animadas callejuelas dónde pueden encontrarse desde pequeñas tiendas de todo tipo de especialidades que van desde el whisky al café, la cerveza y los chocolates.
Los restaurantes ofrecen una amplia variedad de comida, que va desde la comida tradicional holandesa hasta la comida mediterránea. Y ningún viaje a Amsterdam puede considerarse completo si no se toma uno una cerveza en uno de los famosos Brown Cafes, ¡la mejor manera de apagar su sed!